anuncios gratis detayitos: APRENDE A SER FELIZ

sábado, 21 de marzo de 2009

APRENDE A SER FELIZ



EL OPTIMISTA SE HACE

Mejor calidad de vida, menor ansiedad y estrés y menos posibilidades de enfermear. No es la promesa de un nuevo producto farmacéutico, sino los efectos de la receta infalible del optimismo. Así lo cree la Psicología Positiva, una disciplina que insiste en que el optimismo influye en nosotros y en nuestras posibilidades de éxito mucho más que un golpe de suerte o un padrino millonario. El truco para ser optimista está en serlo cuando pintan bastos. Y ahí es donde, insistimos, el optimismo se aprende. ¿Cómo? Buscando soluciones donde sólo veíamos problemas, sin obcecarse en lo mal que nos trata la vida. Más reacción y menos pasividad.


FELICIDAD

Está claro: Regocijarse en la parte mala de la película sólo duplica las preocupaciones. De ahí que los que se pregunten dónde se ha metido la felicidad tengan una primera pista para encontrarla: echar mano del optimismo y pensar que los malos tiempos son pasajeros y que no hay problema sin solución. No negamos que repartir sonrisas a diestro y siniestro implique cierto desgaste, pero centrarse en lo positivo ofrece muchas papeletas para que cambie la "suerte". ¿Recuerdas aquello de que el dinero atrae al dinero? Pues con la felicidad pasa lo mismo. Aplícate el cuento.


UNA OPORTUNIDAD PARA CAMBIAR DE VIDA

Si a la pregunta ¿cuándo acabará la crisis? tu respuesta es "nunca", lo del vaso medio vacío puede que sea incluso demasiado para ti. Aprender a verlo medio lleno es cuestión de actitud. Se dice que un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, mientras que un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad. Los malos tiempos pasarán si te empeñas. ¿Un pensamiento iluso? No tanto. En el fondo, los optimistas son más realistas que los que prefieren el pesimismo. La razón es que saben que si se quedan lamentándose de todo, las cosas no cambiarán. Y para cambiarlas, algo hay que hacer. Por eso, confiar en uno mismo es clave. De ahí que si, por ejemplo, te quedas sin pareja, aproveches la oportunidad para dedicarte más tiempo. Y si tu cuenta corriente está lustrosa, siempre podrás comprobar si la felicidad es contagiosa viajando a Vanuatu, una isla del Pacífico Sur que, según la organización británica New Economics Foundation, es el país más feliz y ecológico del planeta.

UN POCO DE REALISMO
Para ser un optimista es fundamental distinguir entre lo que podemos cambiar y lo que no. Aunque consigamos modificar nuestro aspecto, aficiones, partes de la personalidad que no nos gustan o incluso una situación laboral, si se nos ha metido entre ceja y ceja ser supermodelo de pasarela midiendo un metro cincuenta, la depresión estará a la vuelta de la esquina. Resumiendo: No todas las formas de optimismo son buenas, y de hecho algunas tienen serias contraindicaciones. Plantearte metas realistas y esforzarte por conseguirlas es un buen comienzo. Si sólo con desear algo lográramos que se materializara, el genio de la lámpara de Aladino habría desaparecido del cuento. Piénsalo y ponte a trabajar ya.

SENTIDO DEL HUMOR

Reírse de uno mismo es más sano que cualquier otra cosa. De esa forma, se suavizan las situaciones y aprendemos a tomarlas con filosofía. Encerrarse en casa lamentando la mala suerte no hará que las cosas vuelvan a ser como antes. Concluyendo, podría decirse que si hay una receta para ser feliz, tendrá mucho que ver con relajarse, estudiar oportunidades de cambio y lanzarse a conseguirlas.
Beatriz González Cosmopilitan (Marzo 2009)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario